miércoles, 22 de abril de 2015

matachines

   

LOS MATACHINES






Según Octavio Marulanda, “la palabra matachín en su contenido tradicional significa enmascarado o persona disfrazada ridículamente” y según Leonor Salazar de Quintero citada por Guillermo Abadía en su libro Compendio general del folclor colombiano, en México, Centro América, Venezuela y Colombia, “se emplea para definir los personajes que intervienen en una danza festiva”.

                                           


 Origen y ubicación geográfica



La idea básica de esta danza, o comparsa se desarrolló en América, y en cada país donde, tiene formas diferentes. En Colombia, en la región del Pacífico, hace parte de una representación humorística; en Riosucio, Caldas llaman matachines a las personas que integran las comparsas participantes en el Carnaval del Diablo, llamadas cuadrillas, y a los poetas que componen los versos para estos grupos. En el Gran Tolima existe una danza callejera con el nombre de “danza de los matachines”, la cual se baila en navidad, reyes magos y otros acontecimientos populares, religiosos y profanos.
Si tenemos en cuenta que en América los matachines es una comparsa como las mojigangas españolas, la raíz de esta danza hay que buscarla en el viejo continente. Al parecer la danza de los matachines fue introducida al Gran Tolima por los misioneros, para preservar la fe católica de los mestizos, con el correr del tiempo la idea primaria del bien y del mal se transformó en una danza callejera, alegre y vistosa. En concordancia con esta última idea, la danza de los matachines en Colombia, debe clasificarse dentro de las danzas mestizas y ubicarse en la región del Gran Tolima.
Luisa Fernanda Duque dice: “Como expresión coreográfica, los matachines han desaparecido casi por completo en el departamento del Tolima, donde tuvieron singular importancia. Sólo se conservan algunos vestigios en las comparsas existentes en los municipios del Guamo y Natagaima y en los recuerdos de ancianos que con la frase “matachín, matachín, debajo’e la cama te tengo un botín”. Cuando fueron niños alcanzaron a ser muy perseguidas por aquellos personajes que cubrían sus rostros con máscaras que representaban animales comunes de la región y vestían trajes multicolores adornados con cintas y trapos, que al cadencioso movimiento guiado por la tambora, el chucho, la flauta de carrizo, el tiple y la guitarra, parecían henchirse  y vaciarse nuevamente. Hoy sólo se ven muy ocasionalmente comparsas de matachines en los acostumbrados desfiles de Corpus en el Guamo, San Juan de Natagaima, en los desfiles del festival folclórico de Ibagué y en San Pedro del Espinal”.


                                               Funcionalidad


Esta es una danza teatral que hace parte de las comparsas y grupos callejeros, las cuales tienen la función de animar los festejos populares que la iglesia realiza dentro de las fiestas religiosas. Esta danza tomó popularidad en los eventos callejeros del festival folclórico de Ibagué donde a las comparsas de matachines les toca abrir los desfiles de reinas y grupos de danzas que participaban en el festival. En 1969 se presentaron los grupos de danza los matachines de Guamo, el de prado, Tolima, el de la calavera de la muerte y la familia Castañeda de Ibagué; los cuatro bailaban muy semejante, dentro de los juegos. Se destacaban los mitos regionales, como el Múan, la Patasola y el Hojarasquín, algunos de ellas incluían caballistas y personajes de la política nacional.


                                              Temática 

En esta danza se plantea una temática con contenido religioso, cuya intención es representar o destacar el triunfo del “bien sobre el mal”. El bien está simbolizado con la virgen o con la matachina. En algunas versiones el bien lo representan con la figura de la cruz que forman con los cuerpos dentro de la planimetría o con las varas que lleva cada participante. Como la danza es callejera, los personajes de la comparsa persiguen a los espectadores para golpearlos con una vejiga de res inflada cuando éstos gritan –“matachín, matachín, debajo de la cama te tengo un botín.


                                             Versiónes 


Guillermo Abadía describe  los matachines de la siguiente manera: La danza de los matachines se divide en tres partes, la introducción, que es una marcha a paso de tambor, tal vez  en una forma de recordar los llamamientos al pueblo para que intervengan en las cruzadas cristianas. El pasamanos, a ritmo de rajaleña, la coreografía incorpora a un grupo de parejas sueltas, tonado de otros aires campesinos y en la cual los matachines realizan distintas figuras. El final o bambuco que con acompañamiento de coplas permite que la matachina baile con cada uno de los distintos oficiantes mientras el diablo hace desde afuera del grupo toda clase de pantomimas para entrar en la danza y llamar a los bailarines sin conseguirlo. Los matachines previstos de varas largas a las cuales se amarran vejigas de res y que rememoran las danzas de batallas, celebran el triunfo metiendo a la matachina sobre una barbacoa que ellos mismos hacen con las varas, como para significar la validez de los deseos del bien sobre el mal.
Luis Fernando Duque Ospina, hace la siguiente descripción: “Con las informaciones suministradas por los ancianos que un día vistieron trajes de matachín en el Guamo, San Luis, Purificación; Prado, Chaparral, el Espinal y la Escuela de danzas folclóricas Ciudad Musical, logró en cuatro años de investigación hacer un trabajo de rescate y reconstrucción que señalan en la danza cuatro partes esenciales, como son: introducción, se hace con fundamento en el toque de tambora, que se ejecutaba para la lectura de los bandos o mensajes de la autoridad principal del pueblo y que estaba dada sobre la base del Leitmotiv “blando, blando, oiga el bando, bando, si me’sta escuchando váyase arrimando”. Para el llamado de la lectura del bando existían varias formas, pero todas conservaban la anterior medida básica. Lucha, el choque entre las facciones que defendían cada una al bien y al mal, está representado en los golpes de los garrotes o varas que portaban los matachines. Se hace al ritmo del toque de la tambora dado sobre la base de la frase: “matachín, matachín, matachín, chin chin”. Pasamanos, vence el bien al mal y los que estaban en este último bando se unen al bando del bien. La figura de los pasamanos es una de las tradicionales en las expresiones coreográficas del Tolima. Final o bambuco, al ritmo de rajaleña o bambuco antiguo, la matachina celebra con cada uno de los oficiantes su triunfo sobre el mal que está representado en el diablo. La matachina representa el bien. El diablo permanece todo el tiempo tratando de allegarse  a la matachina, es decir, procura sobreponerse al bien que finalmente lo vence. Los matachines portan una vara en uno de cuyos extremos atan una vejiga de res que previamente ha sido inflada y puesta a secar al sol”.
Para la proyección folclórica y el espectáculo artístico se ha creado muchas versiones académicas, entre las más sobresalientes se encuentran la del Instituto Popular de Cali, la de la Escuela Popular de Arte de Medellín, la de la Escuela de Danzas Folclóricas de Ibagué y la del Grupo Experimental de Danzas de la Universidad de Antioquia; ésta última se aparta de la forma tradicional, puesto que elimina la parafernalia y le da connotación política al contenido temático, porque la razón del grupo es como su nombre lo indica la experimentación y la búsqueda de nuevas formas y contenidos apoyados en el patrimonio tradicional, pero adaptados a las condiciones socio-políticas del momento y a los tiempos modernos.


                                         Características 


Tradicionalmente, los matachines son danzas para hombres solos, disfrazados con trajes llenos de tiras de colores con máscaras grotescas, con las que representan a los personajes que intervienen en la danza, entre ellos sobresalen el diablo, la virgen o la matachina como principales, y los secundarios son animales y mitos tradicionales; algunos grupos incluyen personajes de la región  como el bobo, la vieja y el viejo, los caballistas,  animales domésticos, salvajes y hasta de la política.
Los matachines es una danza suelta, puesto que los bailarines sólo se toman en los ganchos, pasamanos y cuando la matachina baila con cada participante. Los movimientos corporales son variados y sin regularidad, corren, caminan, saltan, giran, hacen paso de rajaleña acompañado con movimiento exagerado de hombros, brazos y tronco, tanto que en ocasiones resultan ridículos y hasta cómicos. El diablo tiene sus propios movimientos y ejecuta toda clase de pantomimas, persigue a la virgen, trata de entrar donde ella está, se sube a la barbacoa, se hace el caído, salta y gira con rapidez, se para, corre, se sienta, etc. La matachín o virgen tiene, movimientos moderados. El comportamiento de los participantes dentro de la danza corresponde al papel que cada uno está representando, enriqueciendo el contenido con jocosidad y juego, con tendencia a lo humorístico.

                        
           Lenguaje corporal (Estereometría) 


En las versiones tradicionales, los movimientos son irregulares y dan la impresión de ser improvisados y caprichosos; sin embargo, se puede apreciar cierta rutina apoyada en el paso del rajaleña o el bambuco viejo, es parecido al de la contradanza, pero se lleva el pie un poco más hacia al lado y se apoya bastante el talón, a este paso se le agregan movimientos acelerados de los hombros, la cabeza y el tronco. Las figuras corporales más definidas son: la trenza natural, la entremetida, los enfrentamientos por parejas, los ganchos y la cruz formada con los cuerpos de los bailarines.
Dentro de las figuras parafernálicas sobresalen el caballete, la silla, la barbacoa y la trenza común que hacen con el cuerpo y con las varas  (palos) que llevan los matachines; sin estos implementos es imposible formar tales figuras. La cruz: Los matachines forman esta figura con dos líneas rectas; se arrodillan, se levantan y por directo se desplazan al tiempo, para describir, cada uno, una circunferencia manteniendo su propia línea, de esta manera hacen girar la figura, sin que se deforma la cruz. Esto hace que el público la pueda apreciar en toda su magnitud, con lo cual se reafirma el sentido temático, el triunfo del bien sobre el mal. Cuando los matachines regresan al puesto de partida se vuelven a arrodillar, con sus varas golpean el piso rítmicamente, después de algunos compases se levantan al tiempo y, ordenadamente, deshacen la figura de la cruz. Mientras se realiza esta figura, el diablo desaparece de la escena.
El caballete o el túnel: Los bailarines forman un corredor con dos líneas rectas, levantan sus varas y las cruzan en el aire con el compañero que tienen al frente. Luego se introducen en éste, de dos en dos; la última pareja avanza por dentro del túnel que forman con los palos, ésta es seguida por la penúltima y así sucesivamente las demás parejas. Los que forman el corredor retroceden gradualmente hasta llegar a la parte de atrás, conde se introducen en el túnel, cuando todas las parejas han hecho su recorrido quedan en los puestos de partida. El diablo y la virgen o matachina también pasan por dentro del caballete o túnel, pero lo hacen en forma individual, cuando la virgen baila por dentro el diablo lo hace por fuera y viceversa.
La casilla: Los matachines forman un círculo, juntan sus cuerpos hasta quedar hombro con hombro, levantan las varas y las unen todas en el centro, para con ellas formar lo que simboliza el techo de la casa; los cuerpos de los bailarines son las “paredes”. Manteniendo la figura, se desplazan en círculo, primero en una dirección y luego al contrario. Mientras se realizan las rotaciones el diablo y la virgen o matachina bailan por fuera persiguiéndose entre sí, pero de vez en cuando la virgen o matachina se introduce dentro de la “casa”, Esto significa la protección religiosa del hogar. Con esta figura se quiere representar la casa, choza o bohío que habitan los campesinos de la región.
La barbacoa: Los matachines forman un círculo, cruzan los palos en el centro para que el compañero que tiene al frente reciba una de las puntas, o sea que cada participante sujeta dos varas, la suya y la que tiene al frente; se agachan hasta arrodillarse en una pierna, bajan los palos hasta el piso para que la virgen o matachina se coloque en el centro de la rueda y se pare sobre las varas; para no caerse ella se apoya en un pequeño palo que le sirve de bastón. Los matachines levantan las varas y sobre uno de sus hombros apoyan la punta que sostienen con las manos, se levantan, describen círculos y hacen girar la figura lentamente, para que la virgen o matachina no se caiga; esta figura significa el poder del bien. Mientras los matachines están con la virgen o matachín, el diablo baila por fuera de la rueda tratando de entrar en ella, pero los bailarines se lo impiden. Después de un par de rotaciones, los matachines se detienen, se arrodillan y bajan las varas hasta el suelo para que la virgen o matachina abandone la barbacoa.
Este momento es aprovechado por el diablo para ocupar el puesto que tenía la virgen o matachina, se para en el centro y comienza a hacer piruetas para llamar la atención de los observadores. Los matachines se levantan de la misma forma que lo hicieron con la virgen o matachín a, pero lo hacen con brusquedad para que el diablo se caiga, éste pierde el equilibrio pero no cae al suelo. Queda colgando de los palos a los cuales se agarra con fuerza; los matachines hacen girar la rueda a gran velocidad para que aquél no consiga ponerse en pie; finalmente se detienen, llevan las varas hasta el piso para que se baje, pero cuando lo va hacer, lo sorprenden levantándolo de nuevo, éste se aferra a las varas y de esta manera logra soportar la violencia, ya que los bailarines continúan bajando y subiendo las varas con mucha brusquedad. En una de las elevaciones, el diablo salta fuera del círculo, cae al suelo y rueda, sin embargo, se incorpora de inmediato para continuar bailando con mucha habilidad.
La trenza: Esta figura es como la trenza común, que se hace en la danza de las cintas, salvo que en este caso, no hay palo ni abanderado, el tejido lo hacen sobre las varas de los matachines; las cuales tienen una cinta o cuerda enrollada. Los bailarines desenvuelven las cuerdas y juntan todos los palos en el centro; el diablo y la virgen o matachina se encargan de sostener las varas para que los matachines puedan hacer el tejido.

                                             Planigrafía 


En esta danza predominan las líneas curvas, puesto que la mayoría de las figuras son circulares tanto en su forma como en sus desplazamientos, excepto la del caballete, la cual es de líneas rectas en todos los sentidos y la de la cruz, en cuyo caso se combinan dos líneas rectas, pero la rotación se hace con desplazamientos circulares. Cuando se representa esta danza en desfiles callejeros, las figuras circulares se combinan con desplazamientos rectos.

                                             Parafernalia 


Los participantes visten pantalón y camisa, ambas prendas cubiertas con tiras de colores; llevan máscaras con las que representar diferentes personajes típicos y mitos de la región, o también animales como el perro, el oso, el venado. El león. El tigre y figuras humanas de personajes populares como el político, el bobo, la chismosa o las comadronas. El diablo lleva vestido entero, por lo general roja, capa grande y máscara. La virgen viste traje campesino, sombrero y capa azul; cuando es un hombre el que representa el papel d virgen, lleva máscara y peluca femenina. Cuando el personaje que representa el bien es una matachina, viste como los demás bailarines, con la diferencia que lleva una máscara, de mujer joven y bonita. Cada uno de los bailarines lleva una vara delgada de dos metros de largo aproximadamente y una vejiga de animal inflada como si fuera un globo de goma, para golpear a los curiosos que les gritan, molestan y se les atraviesan en el camino, la vara lleva una cuerda enrollada que sirve para hacer la trenza.

                                                 Música 


El ritmo de la danza de los matachines es el de rajaleña o bambuco viejo, instrumental o con coplas cantadas. El grupo musical de la región se llama cucambas; su organología está compuesta por un tiple requinto, una tambora, una esterilla, un chucho y una puerca, en ocasiones se le agrega una quijada de burro y cuando la música no lleva letra, la melodía se puede hacer con flauta traversa.

                           Coreografía experimental


La propuesta académica se apoya en la idea tradicional aunque se incluyen figuras de varias versiones, como la de la familia Castañeda y la calavera de la muerte de Ibagué, matachines de Prado y de Guamo, Tolima; grupos estudiados y  observados dentro del  festival folclórico de Ibagué en el año 1969, la idea se refuerza con las versiones presentadas en las fiestas del Bambuco en Neiva en 1970 y con las figuras de algunas muestras de proyección folclórica. El esquema plantea una serie de secuencias con las cuales se pretende desarrollar la temática del bien y el mal, pero apartándose  un poco de las formas tradicionales. La coreografía que se describe a continuación puede ser funcional en la educación, la recreación y el arte danzario de producción académica.
 Los matachines aparecen en desorden por diferentes partes del escenario y con movimientos libres se desplazan en todas las direcciones s,  haciendo énfasis en los saltos y los giros; gradualmente se van ubicarse en un puesto fijo, para quedar forman tres líneas rectas; con paso de rutina bailan golpeando el piso con sus varas y acompañando el ritmo del tema musical. Por cualquier parte del escenario aparece la virgen, caminando y dando la sensación de que alguien la persigue, sorpresivamente y con grandes saltos aparece el diablo y se abalanza sobre ella tratando de atraparla entre sus brazos, pero  la virgen lo esquiva con giro rápidos sobre su cuerpo ; como el diablo continúa persiguiéndola ella  se introduce entre los matachines.
Luego, los dos personajes centrales avanzan hasta la parte delante del escenario, donde se encuentran, bailan frente a frente, saltan, giran y corren. Se dividen en dos grupos, uno  rodea al diablo y otro a la virgen; cada grupo hace girar su círculo una o dos veces en una  misma dirección,  gradualmente abren los círculos para pasar a dos hileras y formar la figura del túnel. El diablo persigue de nuevo a la virgen, pero esta no se deja atrapar, se introduce por dentro del túnel  y  los matachines con las varas no permiten que este personaje llegue a ella; seguidamente la primera pareja se introduce por dentro del túnel esta es seguida por la segunda y en forma escalonada avanzan una tras otra hasta que los primeros regresen a los puestos de partida, los qué forman la fila derecha  convergen sobre su  izquierda, los de la izquierda lo hacen a la derecha, todos bailan  con paso de rutina y golpeando el piso con sus varas, mientras tanto diablo y  virgen juegan en torno a los matachines, uno por dentro y el otro por fuera, ocasionalmente se introducen entre os matachines.
 Posteriormente se dispersan con movimientos libres y en desorden, unos saltan, otros giran los demás corren, cada uno a su manera, para dar la sensación de alboroto y confusión; luego todos conforman un círculo quedando las parejas frente con frente. En esta posición, y simultáneamente cada uno de los matachines describe un ocho; los pares se enganchan con su compañero de la derecha, giran dos veces hacia el mismo lado y luego repiten lo mismo con el bailarín que tienen a la izquierda, este procedimiento se realiza varias veces, cuando se enganchan hacen una rotación completa en el puesto, con movimientos de los hombros y de cabeza, exagerando el paso de rutina; luego todos giran sobre sí, gritan, saltan y pasan a formar un semicírculo, donde marcan el mismo ritmo golpeando el piso con la vara.
El diablo y la virgen, quienes han permanecido jugando al escondite por fuera de las figuras que hacen los matachines pasan a bailar al centro del semicírculo ,donde el diablo  pretende atrapar a la virgen, pero ella no se lo permite; en cierto momento la virgen empuja con fuerza a su perseguidor, éste cae al suelo y rueda sobre su cuerpo, instante que aprovechan los matachines para bailar alrededor de la virgen y de esta manera impiden el regreso del diablo a la rueda; luego los matachines con sus varas forman la figura de  la casilla, el diablo continúa por fuera del círculo, esperando una oportunidad para ingresar donde está la virgen, sorpresivamente, todos giran sobre su cuerpo y abren un poco el círculo, para que el diablo entre a bailar con la virgen.
Los matachines desenvuelven las cuerdas que están adheridas a las varas, avanzan hasta el centro para entregarlas al diablo y a la virgen todos  regresan a sus puestos, pero sujetando  la cuerda por una de las puntas con una de sus manos. Los personajes centrales juntan las varas y los dos las abrasan con ambos brazos, como amarrándolas para que los matachines puedan tejer la trenza. Éstos describen un círculo corriendo y manteniendo sus cuerdas en alto, las cuales se van envolviendo en las varas, el diablo y la virgen se agachan, se arrodillan o se sientan en el piso para no ser atrapados por las cuerdas; después de dos o tres rotaciones, los matachines se detienen, giran sobres su cuerpo y repiten, el proceso al lado contrario, para desenvolver las cuerdas.
Al regresar a los puestos de partida los matachines se colocan en parejas frente con frente, después de varios compases tejen una trenza común, hasta que se agoten las cuerdas, se detienen, bailan en el puesto y, después de varios tiempos, de devuelven para desbaratar el tejido en la misma forma que lo hicieron; terminada esta figura los matachines avanzan hacia el centro, cada uno recoge su vara, y regresan a sus puestos caminando, mientras enrollan la cuerda en su respectiva vara. Mientras tanto el diablo y la virgen continúan su juego, ella se esconde entre los matachines y cuando él la descubre se le acerca, pero ésta se protege detrás de uno de los matachines que están forman cuatro ruedas, unidos por los hombros y golpeando el piso continuamente con sus varas; las cuatro ruedas giran en la misma dirección; luego las van abriendo gradualmente para formar una sola rueda, se detienen y en parejas se colocan frente con frente, el diablo y la virgen bailan en el centro, mientras tanto los matachines realizan la figura del pasamanos;  cuando lo terminan regresar a las cuatro ruedas para bailar en el puesto golpeando el piso con las vara siguiendo el compas de la música.
El juego de los personajes centrales continúa, la virgen para no dejarse atrapar se introduce en una de las ruedas, el diablo la sigue, ella cambia de rueda, aquél se confunde, pues no sabe en cuál de los círculos está y comienza a buscarla por todas las ruedas, en las que trata de introducirse, pero los matachines se lo impiden. Las cuatro ruedas se abren y se convierten en igual número de líneas rectas,  quienes las encabezan avanzan hasta encontrarse en el centro, allí está la virgen, su perseguidor la ve y trata de abalanzarse sobre ella, pero como los matachines forman la cruz, éste se asusta y desaparece del escenario.
Los matachines se arrodillan, la representante del bien baila entre ellos, éstos se levantan y, sin deformar la figura, avanzan en sentido circular golpeando el piso con las varas para que la cruz gire gradualmente; cuando regresan al puesto de partida se arrodillan de nuevo, después de varios compases desbaratan la figura para formar cuatro ruedas, las que giran en una misma dirección y, sin detenerse las convierten en dos ruedas, avanzan en la misma dirección y después de dos rotaciones pasan a formar una sola rueda. Tan pronto desapareció la figura de la cruz, el diablo regresó para continuar la persecución a la virgen, aunque en esta vez se muestra más amable y juguetón. Los matachines forman la barbacoa para que la virgen se suba en ella –se realiza todo el proceso que demanda esta figura-, el diablo salta fuera de la barbacoa y de inmediato los matachines la desbaratan y bailan en desorden; posteriormente describen un ocho configurado entre todos, el que más adelante convierten en dos hileras cerradas formando un corredor.
Todos avanzan un poco hacia adelante y cada hilera converge a su respectivo costado, cuando los que encabezan se encuentran en la parte de atrás, los dos primeros matachines de cada grupo, forman un cuadro entre los cuatro, cruzan entre sí las varas para que el compañero del lado opuesto tome la punta que queda libre, las que sujetan a la altura de la rodilla con una mano; la virgen, quien ha estado jugando con el diablo llega hasta ellos, se sienta en el centro de las cuatro varas, con las que los matachines forman una equis; otro grupo de cuatro se coloca alrededor de los primeros, y con sus varas forman una especie de casilla por encima de la cabeza de la virgen; los restantes se colocan detrás de este grupo y comienza la procesión final.
Primero se desplazan en diagonal, luego en círculo para recorren todo el escenario. Durante todo este tiempo el diablo a estado bailando alrededor, tratando de llegar a donde está la virgen para sentarse junto a ella, pero los matachines que avanzan detrás del pabellón donde ésta sentada la virgen no se lo permiten, cada vez que éste intenta entrar, ellos tratan de golpearlo con las varas y las vejigas, pero el diablo los esquiva hábilmente, saltando, corriendo o cambiándose de un lado para otro. Finalmente todos desaparecen por la parte de atrás del escenario, el diablo queda solo, salta y gira varias veces sobre su cuerpo, se detiene, mira para todas partes, se queda estático como si pensara. Después de algunos segundos, corre y desaparece por cualquier parte del escenario.
        

                                              Aspecto pedagógico


La danza de los matachines es apropiada para trabajar en preescolar y primaria, puesto que se presta para que los niños desarrollen su imaginación y su capacidad de soñar despiertos. La misión del educador no es repetir las formas tradicionales y académicas; por el contrario, debe ser un crear de sus propias versiones; que le sirvan como complemento para su trabajo: Deporte, recreación, arte y educación física. La temática y las características propias de esta danza, su lenguaje corporal, las actitudes y el comportamiento de los matachines, el diablo y la virgen, son condimentos que se pueden aprovechar en la formación integral de niños y jóvenes, en la creación artística y en la  afirmación de la identidad cultural.
En un trabajo artístico, al niño se le pude permitir escoger el personaje  que más le guste y darle libertad para que busque sus propias formas de expresión, con lo que se estimular la imaginación y la creatividad individual y colectiva. Pero esta metodología requiere  que el profesor haga una descripción de las características de cada personaje, señalando y destacando los movimientos, la actitud y el comportamiento de éstos en la vida real. Esto ayuda al niño a encontrar los movimientos adecuados para la interpretación de su personaje.
Parafernalia: En esta danza la parafernalia es la que más posibilidades presenta para la formación del niño, con la ayuda de los padres, parientes cercanos o amigos, puede ser fabricada por él, con bajos costos, puesto que sólo se necesita un pantalón y una camisa viejos, y ser cubiertos con tiras multicolores, las que se pueden elaborar con retazos o prendas en desuso. Las máscaras también pueden ser elaboradas por los niños, aplicando técnicas populares y utilizando materiales de desecho.
Si el profesor quiere ir más allá de la mera fabricación de la parafernalia, con este trabajo puede trabajar la personalidad del niño, su gusto estético. El tamaño de las tiras, la distribución, la combinación de colores  reflejan su personalidad y su capacidad creativa. En la elaboración de las máscaras, se pude iniciar al niño en el manejo de la arcilla, para  introducirlo en las artes plásticas. El niño puede elaborar los moldes para sus máscaras, pintarlas y darle la identidad al personaje que va a interpretar. La orientación permanente y la asesoría directa del profesor son determinantes para que el niño desarrolle su personalidad.
En trabajos educativos, recreativos y de experimentación artística, la parafernalia tradicional de los matachines se puede eliminar o reemplazar total o parcialmente. Las máscaras pueden ser elaboradas en cartulina; los trajes se puedan hacer con  con tiras de papel, las varas de madera pueden ser reemplazas por de plástico.
En una propuesta del Grupo Experimental de Danzas de la Universidad de Antioquia, se eliminó la parafernalia propia de la danza de los matachines, pero conservó  los personajes centrales, “virgen y diablo”. Esto porque por tratarse de una propuesta experimental, hecha con el nombre  “Rajando leña”. Con un contenido político, que modificó sustancialmente la idea tradicional tanto en su forma como en su contenido.
La danza de los matachines puede convertirse en teatro callejero o danza de zancos. La dimensión de las figuras, el colorido de la parafernalia el lenguaje corporal, las actitudes y el comportamiento de los personajes y el juego temático son componentes que los que se puede, experimentar y hacer nuevas propuestas escénicas.  Es importante que en Colombia se promueva la creación de comparsas de matachines en: Municipios, veredas, comunas, barrios, escuelas y colegios; con características propias en cada lugar, que aporten, la cultura y a la formación integral de la comunidad.
A los personajes principales, diablo, virgen, o la matachina, se pude agregar un tercero, el abanderado, para que lleve la bandera distintiva de la comparsa. Los tres personajes tejen  la urdimbre de la obra  propuesto como tema central. La temática tradicional ha sido, “el triunfo del bien sobre el mal”; en la nueva propuesta se puede incluir personajes del contexto socio-cultural del lugar donde se origine la creación artística: Políticos, religiosos, culturales, laborales o sociales. Con la imaginación y la capacidad creadora de las nuevas generaciones, se puede crear una danza teatro, que recoja el sentir popular, social y cultural de la actualidad.